Los cazadores de castores Bret y Yvi han convertido su modo de vida en un lucrativo negocio

En Alaska el tiempo vuela en la temporada de trampas. Brett y Ivy están haciendo todo lo posible para hacer un último barrido en un canal que está lleno de señales de que está lleno de castores. Ambos tramperos dejan reposar las trampas durante 24 horas, pero les quedan pocos días para abastecerse de pieles y revisarán sus trampas dos veces al día para cercionarse de que han logrado sus objetivos.

Los aceites de la piel de castor la hacen repelente al agua y muy duradera y este año ha sido una buena temporada para Bret y Ivy que han descubierto que pueden vivir de lo que les ofrece la naturaleza. Se trata de una vida dura y difícil, pero han conseguido una regularidad en la caza de castores que les permite obtener buenos ingresos con la venta de sus pieles.