Momento destacado
A Agnes Hailstone y Chip Hailstone les sorprende una tormenta de nieve con vientos de 80km/h
Los Hailstone se refugian en una cabaña de la gran tormenta que les pilló en mitad de la nada.

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En el Ártico, nada es estable. Ni de la nieve te puedes fiar. Bien lo sabe el matrimonio formado por Agnes Hailstone y Chip Hailstone, que tiene que refugiarse en una casa ¡que ya está llena de nieve!
Los Hailstone se encontraban en Kiwalik, Alaska, a 60 kilómetros al sur del Círculo Polar Ártico, poniendo trampas y recogiendo leñas con su trineo, cuando la tormenta les sorprendió. De manera sigilosa, la ventisca avanzó y se presentó encima de ellos y no hubo nada que pudieran hacer. ¡Daba verdadero miedo estar ahí fuera!
Esperaban rachas de viento de 80 kilómetros por hora, y eso que con las de 65km/h o 70km/h ya parecía que iban a volar. La única tranquilidad que tenían era disponer del refugio al lado, porque si no, no habrían podido encontrarlo. ¡No se veía nada en absoluto entre la niebla! El cielo y la tierra se volvieron blancos.
Al menos han podido aparcar bien la moto, a salvo del viento, y podrán regresar a casa cuando amaine el viento. Aunque antes tendrán que reparar las motos de nieve que han sufrido daños.
Pero la entrada a la cabaña no es una estancia cómoda como si se tratase de un hotelito en la sierra: primero tienen que ponerse manos a la obra y acondicionarla para que su estancia sea lo más segura y comfortable posible. Por eso quitan la nieve que ya tiene dentro, para que cuando enciendan el fuego no se derrita y se convierta en agua. A pesar de la cantidad de cosas que hay dentro de la cabaña y de su estado, es mejor estar ahí dentro que fuera.
El matrimonio ha conseguido crear un hogar, aunque no sea la típica escapada romántica a una cabaña en la nieve junto a la chimenea. ¿O será así cómo lo hacen en el Ártico?
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