Un equipo de 'En tierra hostil' entra en Goma, la capital minera del Congo

Nada más pisar territorio congoleño, los periodistas localizan a un español que se dedica al comercio de este preciado mineral. Ahí empieza un arduo camino para conseguir entrevistarle. La primera parada es el cuartel general de la ONU en Goma. El equipo de EN TIERRA HOSTIL localiza a tres españoles que forman parte de la misión de Naciones Unidas para desarticular los grupos rebeldes y liberar las zonas que habían conseguido tomar.

Uno es el encargado de seguridad del aeropuerto militar de Goma. Entre otras funciones, trata de evitar que se realice tráfico ilegal de coltán desde esas pistas. Pero no tiene poder para controlar las naves civiles sin identificar que despegan y aterrizan. Otra es funcionaria en el departamento que asegura el bienestar del contingente de cascos azules. Admite que la ONU, hasta ahora, no ha podido combatir con éxito la pobreza en la zona, sin embargo, asegura que “si no fuera por nosotros, aquí la gente estaría matándose”… La tercera trabaja como observadora de los delitos de violencia contra la mujer. Detalla la brutalidad de los grupos armados: “Se utiliza la violación como arma de guerra. No sólo violan a mujeres, también a niñas y a hombres”. Siembran el terror en las poblaciones locales para que abandonen las zonas ricas en minerales y gestionarlas a su antojo.

Pocos días antes de terminar su estancia en el país africano, los reporteros reciben la llamada del español que trabaja como intermediario de Coltán. Explica ante la cámara las irregularidades y violaciones de derechos humanos que se llevan a cabo en los procesos de extracción y comercialización de este metal: los motivos por lo que es uno de los negocios más rentables del planeta.

A 100 kilómetros de Goma están las minas de Rubaya, una de las explotaciones de Coltán más grandes del país y que, en este momento, se encuentra –supuestamente– bajo control del gobierno legítimo del Congo. El equipo de EN TIERRA HOSTIL se conjura: “No podemos irnos de aquí sin mostrar la mina”. Después de una odisea para subir a las minas, los periodistas encuentran algo que no esperaban... Hombres armados les extorsionan para poder realizar su trabajo. Una vez que pueden grabar, acceden al interior de una mina. Allí encuentran menores trabajando en condiciones infrahumanas. Captan y muestran la realidad que allí sucede. El Coltán es un negocio para todos menos para los congoleños. La ignorancia ya no nos exime.