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ESTE DOMINGO A PARTIR DE LAS 22:30 HORAS

'Encarcelados' en Colombia, Brasil y Bolivia

Mega emite este domingo, en prime time, tres entregas de 'Encarcelados' el trabajo periodístico que retrata la crueldad de los más duros e inhumanos centros carcelarios. El programa cuenta con los testimonios en exclusiva de 120 españoles encarcelados. Jalis de la Serna entra en la Cárcel Modelo de Bogotá en plena crisis carcelaria y visita hasta tres de las cárceles más peligrosas de Bolivia. Alejandra Andrade accede a una de las terribles prisiones brasileñas conocidas como Supermax, una moderna Guantánamo donde cuatro españoles cumplen condena.

COLOMBIA
El equipo, con Jalis de la Serna al frente, viaja a Colombia para entrar en la Cárcel Modelo de Bogotá en plena crisis carcelaria. Un país en el que se ha decretado el estado de emergencia: hasta 27 prisiones han sido cerradas por superpoblación de presos. Por primera vez en toda la serie de reportajes, el programa cuenta con la colaboración inesperada de funcionarios de Instituciones Penitenciarias. En un momento de la grabación, el agente de prisiones advierte que podrían sufrir cualquier agresión al estar rodeados de casi dos mil delincuentes que viven en condiciones infrahumanas.

El periodista Jalis de la Serna es testigo de la violación de los derechos más elementales. El reportaje es una prueba de que los presos en Colombia pasan hambre, cada día se ven obligados a formar auténticas colas de racionamiento para tener acceso a una precaria alimentación. Viven hacinados rodeados de suciedad y basuras. Sin sanitarios. Con un solo acceso al agua para 1800 reclusos. Con estas condiciones, les resulta imposible conciliar el sueño: el insomnio es otro de los suplicios que padecen los presos en esta cárcel.

BRASIL
Con Alejandra Andrade al frente, el equipo viaja a Brasil para acceder a la penitenciaría brasileña de Foz de Iguazú, una de las prisiones con el régimen disciplinario más duro de Sudamérica. Conocida como Supermax, la terrible prisión es considerada como la moderna Guantánamo, donde cuatro españoles cumplen condena. El equipo graba cómo un carnicero de Girona, un soldador de Ciudad Real, un comercial de Cáceres y un electricista canario, están sometidos a un procedimiento inhumano.  Sólo pueden salir al exterior una hora al día, cada vez que lo hacen son desnudados y esposados. Viven sistemáticamente una humillación denunciada por las asociaciones de derechos humanos.

Con la ayuda de un prestigioso abogado criminalista,  toda una autoridad en Instituciones penitenciarias de Brasil,  Alejandra Andrade entra en seis prisiones, cuatro de ellas, cárceles-fábrica. El programa comprueba que muchas empresas privadas emplean a los presos como mano de obra barata. Las compañías reducen costes a la mitad abriendo talleres dentro de los propios recintos penitenciarios.

BOLIVIA
El equipo del programa, con Jalis de la Serna al frente, se desplaza hasta Bolivia. Un país en el que cumplen condena 70 españoles. Todos ellos por hacer de correo de la droga. En Bolivia, el programa visita tres de las cárceles más peligrosas del país. En primer lugar la cárcel de San Pedro, en La Paz. Un establecimiento penitenciario construido para 800 personas en el que están encarceladas más de 2500. Entre ellos cuatro españoles. Dentro de esta prisión, viven niños. El gobierno de Bolivia permite que todos los presos que lo deseen, independientemente del delito que hayan cometido, puedan vivir dentro de la prisión con sus familias. Niños de todas las edades conviven en el mismo recinto con hombres condenados por pederastia o por violación. No acaban aquí los sobresaltos, en esta cárcel todo el poder lo tiene un grupo de presos. La policía no entra. No tiene ninguna autoridad...

En los primeros compases de la grabación, los presos al mando se oponen a la grabación de ENCARCELADOS. El equipo se ve obligado a refugiarse en la capilla del penal para evitar una agresión. Piden una cantidad económica para permitir el acceso. El equipo se niega y Jalis de la Serna sólo consigue entrevistar a tres de los españoles a través de las rejas. Mientras, los presos al mando deciden aprovechar la presencia de una televisión internacional para hacer públicas sus quejas contra el sistema penitenciario boliviano. Ha estallado un motín.

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