Morgan Freeman invita al espectador a buscar la respuesta a estas cuestiones y para ello se embarca en un viaje alrededor del mundo para explorar distintas culturas y religiones. El actor estadounidense ha visitado casi veinte ciudades de siete países distintos. Ha recitado el canto de llamada a la oración en una mezquita de El Cairo, ha recibido lecciones de meditación de un líder budista de la línea más antigua de lamas reencarnados, ha debatido sobre Galileo con el director de la Pontificia Academia de las Ciencias y ha estudiado las primeras instrucciones para la otra vida, inscritas en los jeroglíficos de las pirámides.