Los hijos pequeños de Ricko tienen miedo de caerse de la canoa mientras aprenden a pescar

La vida en Alaska es un completo desafío para cualquiera que pretenda asentarse allí. ha llegado el verano y el paisaje es completamente diferente a lo que se puede ver en invierno. Los días son más largos, la temperatura más agradable y los osos caminan líbremente sin problemas, lo que les convierte en un peligro permanente para los humanos.

Ricko Dewilde y dos de sus hijos han llegado a la cabaña familiar situada en Huslia, a 90 kilómetros al sur del Círculo Polar Ártico. Allí descubren con sorpresa que un oso grizzlie ha entrado en el almacén y ha rebuscado entre la comida que tenían almacenada. Tras comprobar que se encuentran a salvo, Ricko quiere enseñar a sus hijos nuevas habilidades de caza y conocimientos atavascanos de sus ancestros.

Los críos son pequeños todavía y pescar para ellos desde la canoa es todo un reto. Se sienten intimidados por el lugar y tienen miedo a caerse, pero Ricko está ahí para darles confianza y seguridad.